Lunes de Letras: Las vocales y la diéresis en los otros idiomas

En los otros abecedarios, también encontramos a las vocales, en casi todos los otros idiomas, pero hay algunos que no las tienen.

No les pica la curiosidad???

Como dijimos en otro posteo, hay otras lenguas que usan las mismas vocales que el español. Sí, muchas lenguas del entorno usan las mismas vocales que el español. Estas incluyen el inglés, el francés, el italiano, el portugués, el alemán, el ruso, el chino, el japonés y muchas otras tienen algunas vocales más.

La historia de la diéresis, esos dos puntitos horizontales que cargan los «sinvergüenzas»

No, seguramente no sea el signo más sexy que se pueda encontrar en los manuales de escritura y ortografía.

No tiene la sensualidad de la sinuosa virgulilla que corona la letra ñ. Carece de la alegre ligereza de los puntos suspensivos… No tiene la rotundidad que marcan los puntos sobre las íes. Y no hay duda de que le falta el gancho indiscutible de los signos de interrogación.

Pero sin ella, sin esos dos puntitos que se escriben horizontalmente sobre una vocal y que conforman la modesta diéresis, la ambigüedad reinaría en la lingüística española, los pingüinos y las cigüeñas se llamarían forzosamente de otro modo y los sinvergüenzas no existirían tal y como los conocemos.

La diéresis, también conocida como crema, es tan humilde que en la lengua española tan sólo se utiliza sobre la letra “u” y única y exclusivamente en las sílabas “gue” y “gui”.

Cuando aparece es para indicar que la “u” se tiene que pronunciar. Porque no es lo mismo decir piragüismo que piraguismo, ni suena del mismo modo referirse a los nacidos en Nicaragua como nicaraguenses que como nicaragüenses.

¿Cinqüenta?

El origen de esos dos puntitos se remonta a la antigüedad. El propio nombre de diéresis viene del latín (diaerĕsis), el cual deriva a su vez del griego, y significa división, separación. De hecho, en medicina hay un procedimiento quirúrgico que se denomina diéresis y que consiste, precisamente, en la división de tejidos orgánicos.

“En la ortografía castellana la diéresis existe desde siempre. En la ortografía del Renacimiento ya aparece”, asegura el lingüista español Salvador Gutiérrez Ordóñez, catedrático de Lingüística General en la Universidad de León y miembro de la Real Academia Española (RAE). De hecho, es él quien ha coordinado la más reciente edición de la Ortografía de la RAE, publicada en 2010.

Y es él quién nos cuenta que la más importante transformación experimentada por la diéresis tuvo lugar allá por 1815, cuando en la octava edición de la Ortografía la RAE decidió que a partir de ese momento la letra Q, que siempre se emplea en la secuencia QU, sólo se podía utilizar junto con las letras E o I, formando de ese modo la sílaba QUE o QUI. Un cambio que afectó profundamente a la diéresis, porque hasta entonces en algunas palabras, sobre todo en aquellas derivadas del latín, la QU se podía emplear con otras vocales. De ese modo, en lugar de “cuando” se escribía “quando”, y el número “cuatro” era “quatro”.

El problema aparecía cuando la secuencia QU iba seguida de la letra E o I y era necesario indicar que la letra U se tenía que pronunciar como tal. En ese caso, se echaba mano de la diéresis, como sucedía por ejemplo con freqüencia, cinqüenta, qüidado, qüerpo, seqüencia

Pero ese cambio decidido hace 102 años estableció que todas esas palabras se debían de escribir con CU, dejando a la diéresis medio huérfana y privándola de la mitad de sus atribuciones.

Rüido poético

Ese uso de la diéresis que tiene como objetivo señalar que la U tiene que pronunciarse, y que hoy en día se sigue empleando en la lengua española porque si no hay palabras que acabarían yéndose por el desagüe, es conocido por los especialistas como uso diacrítico.

Pero, además, la diéresis puede utilizarse de un modo más desconocido y sin duda más bucólico.

“Algunos poetas la emplean en sus versos para romper un diptongo y separar de ese modo en dos sílabas lo que en principio era una. Es un uso por razones de métrica”, nos explica Salvador Gutiérrez.

Fray Luis de León usaba justo de ese modo la diéresis. “¡Qué descansada la vida / la del que huye del mundanal rüido, /y sigue la escondida…”, escribió el místico en uno de sus poemas. Y ese “rüido” escrito así, con diéresis, significa que la palabra se debe de pronunciar deshaciendo el diptongo, como ru-i-do.

Ahí va otro ejemplo, éste de Garcilaso de la Vega: “El dulce murmurar deste rüido, / el mover de los árboles al viento, / el suave olor del prado florecido”.

Otras lenguas

Ese uso de la diéresis que en español tiene fines poéticos se emplea cotidianamente en otras lenguas, como por ejemplo el francés, para señalar que dos vocales juntas que por lo general formaría un sonido único en ese caso deben de leerse separadamente. Para demostrarlo, palabras como naïve o Noël, que se pronunciarían de modo muy diferente si no llevaran la crema de los dos puntitos. Aunque en francés también la diéresis se emplea de un modo muy parecido al español en las palabras con GU, como es el caso de ambiguïté.

“En idiomas germánicos, sobre todo en alemán, la diéresis tiene una función distinta. El alemán es una lengua que tiene vocales labializadas, es decir, vocales que para pronunciarlas hay que alargar los labios. Cuando una vocal lleva en alemán esa diéresis significa que es labializada”, señala Salvador Gutiérrez, añadiendo que ese tipo de diéresis es conocida en alemán como ‘umlaut’.

Pero también en el turco hay diéresis. Y en el griego, en el neerlandés, en el catalán, en el gallego, en un dialecto del euskera, en el finés, en el estonio, en el húngaro, en el checo, en el sueco, en el dialecto que se habla en la región italiana de Emilia Romaña, en el udmurto (la lengua que hablan en la república rusa de Udmurtia)…

La diéresis, lo admite el propio académico Salvador Gutiérrez, trae de cabeza a muchos.

“No son demasiadas las palabras que llevan diéresis, pero suelen plantear problemas de escritura. Porque mientras algunas no la llevan, sus derivados sí”, subraya. Es el caso de “lengua”, que no lleva diéresis, mientras que sí que cargan con ella “lengüeta” o “lingüista”. Tampoco “ambiguo” la necesita, pero sí “ambigüedad”.

* En el idioma «Ubykh», hablado en zonas del Cáucaso, hay 81 consonantes y sólo 2 vocales.

* El hebreo antiguo se destaca por ser el único idioma que no incluía vocales en su escritura original.

Los antiguos judíos no podían pronunciar el nombre de Dios, por lo que excluyeron las vocales y lo llamaron por el tetragramatón “YHVH”. Luego, los masoretas (eruditos y escribas judíos) usaron las vocales de Adhonai (“mi Señor”) para intercalarlas al tetragramatón, lo que dio como resultado JeHoVa (documentado por primera vez Galatinus, 1516). Sin embargo, las vocales originales de YHVH nunca se conocerán.

* Existen 5 obras de «Les Luthiers» cuyos títulos tienen una única vocal (textos monovocálicos):

– Con la A: Papa Garland had a hat and a jazz band and a mat and a black fat cat (Rag)
– Con la E: Pepper Clemens sent the messenger: nevertheless the reverend left the herd (Ten Step)
– Con la I: Miss Lilly Higgins sings shimmy in Mississippi’s spring (Shimmy)
– Con la O: Doctor Bob Gordon shops hot dogs from Boston (Foxtrot)
– Y finalmente, con la U: Truthful Lulu pulls thru zulus (Blus)

Por cierto, aunque estas cinco obras son instrumentales, «Miss Lilly…» tiene una estrofa hablada, con texto realmente curioso. Y otra de ellas, «Pepper Clemens…», tiene también un pequeño texto.

El poder de los paréntesis

A esa dificultad que ya de por sí conlleva la diéresis se añade el hecho de que en el ciberlenguaje, la escritura que se emplea en chats y redes sociales, sean muchos los que suelen prescindir de los signos ortográficos.

“Muchos jóvenes escriben sus mensajes de texto sin acentos, así que imagínese cuántos utilizan la diéresis… Yo sin embargo los uso, y animo a todo el mundo a hacerlo, no se tarda nada en ponerlos”, lanza Salvador Gutiérrez, que no ve sin embargo el peligro de que whatsapp acabe matando a la diéresis.

“En la escritura electrónica puede que se emplee cada vez menos, pero en el resto de soportes se seguirá empleando porque tiene una función importante”.

Ni siquiera los emoticones han sido capaces de darle un nuevo impulso a la diéresis.

Mientras su primo el de los dos puntos, escritos en vertical, ha arrasado junto con los paréntesis y los guiones a la hora de componer caritas felices como esta 🙂 o rostros tristes como este otro 🙁 la pobre diéresis sin embargo no ha conseguido colarse en apenas ninguna de esas imágenes. Algo que deja boquiabiertos a muchos ö.

¿Qué países usan diéresis?

Actualmente, algunos de los idiomas que utilizan la diéresis son, además del francés, el alemán o el español, el turco, el neerlandés, el griego, el catalán, el gallego, el euskera, el finés, el estonio, el checo o el húngaro.

Las diéresis sobre las vocales son conocidas en alemán como “Umlaut”, término que significa “alteración o cambio de sonido”. Justamente esa es la función de los dos puntos sobre las vocales “a”, “o” y “u”: indicar que hay un cambio en la pronunciación.

Para pronunciar las diéresis alemanas se usan los labios, cerrándolos como si se estuviera a punto de besar a alguien.

  • La vocal “ä” tiene un sonido a medio camino entre la “a” y la “e”: se la pronuncia formando la “a” con los labios pero emitiendo el sonido de una “e”, parecida a la “e” en español. Ej: “bäcker” (panadero).
  • La vocal “ö” tiene un sonido a medio camino entre la “o” y la “e”, se pronuncia formando la “o” con los labios pero emitiendo el sonido de una “e”. Ej: “schöne” (bonito).
  • La vocal “ü” tiene un sonido a medio camino entre la “u” y la “i”, se pronuncia formando la “u” con los labios pero emitiendo el sonido de una “i”. Ej. “üben” (practicar).

Una mala pronunciación de las vocales con diéresis podría ser clave para malos entendidos, debido a que el Umlaut utilizado en sustantivos puede ser un indicador de plural y aplicado en verbos puede marcar una diferencia entre un hecho en el pasado y una posibilidad en el futuro.

La buena noticia para los estudiantes de alemán es que las vocales sin diéresis se pronuncian igual que en español. Para mejorar la pronunciación de las vocales con diéresis una buena idea es hacerlo frente a un espejo, así es posible identificar la modulación correcta de cada letra con la boca. Existen muchas actividades y juegos similares para aprender el abecedario. Solo es cuestión de practicar.

Datos que debes saber sobre la diéresis:

1. La palabra «diéresis» proviene de uno de los hermanos Grimm.

Jacob Grimm no solo fue coleccionista de cuentos de hadas (junto con su hermano Guillermo), sino también uno de los lingüistas más famosos de la historia. En 1819, describió un proceso de cambio de sonido que afectó al desarrollo histórico del alemán. Lo llamó diéresis, de um (alrededor) + laut (sonido).

2. «Umlaut» es originalmente el nombre para un tipo específico de mutación vocálica.

Técnicamente, «diéresis» no se refiere a los puntos, sino al proceso mediante el cual, históricamente, una vocal se desplazaba a una posición diferente debido a la influencia de otra vocal siguiente.

3. Imitar ese proceso de mutación es una excelente manera de aprender a pronunciar la diéresis.

Prueba esto: pronuncia la u (una «oo»). Ahora imagina que suena la i (una «ee»). Mantén los labios completamente congelados en la u mientras intentas decir «ee» con el resto de la boca. Deberías sentir cómo el cuerpo de la lengua se mueve hacia adelante y hacia arriba. ¡Mantén la u con los labios! ¡Bien! Eso es una ü .

¿No funciona? Intenta repetir el sonido: oo-ee-oo-ee-oo-ee-oo-ee… ahora congela la lengua en «ee» y vuelve a mover los labios solo a «oo». (Comience con «ah» para ä y «oh» para ö ).

4. El inglés también se vio afectado por la mutación de diéresis.

¿Alguna vez te has preguntado por qué el plural de «mouse» es «mice»? La culpa es de la diéresis. Mucho antes de que el inglés se separara de otras lenguas germánicas, los plurales se formaban con la terminación -i . Así, «mouse» era «mus» y «mices» era «musi» . Ese plural -i adelantó la «u» en la diéresis. Más tarde, la terminación -i del plural desapareció y se produjeron muchos otros cambios de sonido, pero nos queda el eco de esa vocal mutada en «mouse»/»mice», así como en «foot»/»feet», «tooth»/»teeth» y otros pares irregulares.

5. Las diéresis no siempre se escribían como puntos encima de una vocal.

Desde la Edad Media, las vocales con diéresis se han indicado de diversas maneras en alemán. Antes de que la versión con dos puntos se convirtiera en la norma en el siglo XIX, solía escribirse con una «e» minúscula encima de la vocal, así:

A veces todavía se escribe con una e al lado de la vocal, por ejemplo, Muenchen en lugar de München, o schoen en lugar de schön.

6. No todas las diéresis son diéresis.

Usamos «diéresis» de forma bastante informal para referirnos a «dos puntitos sobre una letra», pero no todos los puntitos son diéresis. La marca que impide que dos vocales adyacentes se combinen en una sola sílaba se llama «diéresis» o «trema». Se ve en francés ( naïve , Chloë , Noël ) y en las páginas de The New Yorker (coöperate, reëlection). En español, indica que la u debe pronunciarse en la combinación gu , que suele pronunciarse solo como g . Sigue es «seegay», pero pingüe es «pingway».

7. ¿Cómo se ordenan alfabéticamente las vocales con diéresis? Depende del idioma.

En alemán, la diéresis se ignora en la alfabetización, excepto en las listas de nombres. En ese caso, ü, ö y ä se tratan como ue, oe y ae, respectivamente, de modo que las variaciones del mismo nombre (Müller, Mueller) se agrupan. En sueco y finlandés, las vocales con diéresis se colocan al final del alfabeto (…X, Y, Z, Å, Ä, Ö). En húngaro y turco, las vocales con diéresis siguen a sus contrapartes sin diéresis.

8. En Alemania, un Big Mac solía ser un Big Mäc.

Y el Filet-o-Fish era el Fishmäc. La ortografía con diéresis, de hecho, acerca un poco más a la pronunciación inglesa de «Mac». Pero en 2007, McDonald’s eliminó las diéresis, y ahora los alemanes tienen que aburrirse con sus Big Macs, como el resto de nosotros.

9. Epäjärjestelmällistyttämättömyydellänsäkäänköhän

Esta palabra finlandesa, según el Libro Guinness de los Récords, es la palabra no compuesta más larga del mundo. Con 12 letras con diéresis, probablemente también sea la palabra con más diéresis. Significa algo así como «cuestionable, esto siendo dudoso su no sistematización». Los finlandeses ni siquiera la entienden del todo. Pero es igual de posible que tengan cinco diéresis en una palabra normal como kääntäjää (traductores). La racha más larga de diéresis consecutivas proviene del estonio: jäääär, que significa «el borde del hielo».

10. Un lenguaje artificial lleno de diéresis se hizo enormemente popular en la década de 1880.

Un sacerdote alemán llamado Johann Schleyer inventó un idioma universal al que llamó volapük. Se basaba en raíces europeas simplificadas y pretendía ser lógico y fácil de aprender. Estaba repleto de diéresis: «amor» era löf , «sonrisa» era smül y «hablar» era pük . Mucha gente lo aprendió, y para 1889 había más de 200 clubes de volapük en todo el mundo y 25 revistas volapük. Incluso quienes no lo aprendieron habían oído hablar de él. Pero sus partidarios creían que tendría más posibilidades de éxito internacional si eliminaba las diéresis. Schleyer se negó. Afirmó que «un idioma sin diéresis suena monótono, áspero y aburrido». Las luchas internas por las diéresis y otras reformas propuestas condujeron a un cisma y, finalmente, al declive del volapük.

11. Las diéresis de heavy metal no parecen tan heavy metal para los usuarios de diéresis.

A principios de los 70, con Blue Öyster Cult, las bandas de heavy metal empezaron a usar la diéresis para indicar una actitud de hard rock contundente. Para los estadounidenses, la diéresis tenía un aire áspero y teutónico, y Mötley Crüe, Motörhead, Queensrÿche y docenas de otras bandas (listadas en la página de Wikipedia sobre la diéresis del metal ) intentaron darle un toque gótico y aterrador mediante pares de puntos dispersos aleatoriamente. Los puntos no tuvieron el mismo efecto en los países donde se usa la diéresis, donde esta representa cualidades vocálicas de suavidad, altura, ligereza y redondez.

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