Día Internacional del Combatiente de Incendios Forestales
El 4 de mayo, se celebra el Día Internacional del Bombero Forestal como expresión de reconocimiento y apoyo de la comunidad internacional y de la sociedad en general a quienes luchan contra los fuegos de bosques y otros ecosistemas en todo el mundo, para preservar los patrimonios y recursos naturales. También es una oportunidad para recordar y homenajear a todos aquellos que perdieron la vida en la lucha contra los incendios forestales.En diciembre de 1998, a raíz de un accidente ocurrido en el incendio de Linton (Canadá), perdieron la vida cinco combatientes pertenecientes a una brigada forestal. Ese hecho, sumado a otros incidentes trágicos ocurridos durante la lucha contra los incendios forestales en todo el mundo, fue el punto de partida para el inicio de un movimiento que, paulatinamente, se ha ido extendiendo por diversos países. En primer término la “Country Fire Authority” (C.F.A.) y la Comunidad de Victoria adoptaron el uso de una cinta roja como símbolo de reconocimiento y respeto hacia los combatientes forestales muertos y hacia sus familias.
La fecha escogida para su celebración a nivel internacional, el 4 de mayo, tiene que ver con la coincidencia en el santoral con el patrón de los bomberos “San Florián”, pues se cuenta, que de niño salvó una vez la vida de sus padres cuando por causas desconocidas se incendió un montón de heno situado junto a la casa de madera donde vivían, Florián, con sólo 10 años, recogió agua en un cubo y apagó el fuego que empezaba ya a arder de forma considerable.
Fallece el botánico tucumano Miguel Lillo,
Fue un profesor argentino y un naturalista de condiciones poco comunes y durante medio siglo se dedicó a la investigación científica, alternando estas actividades con la docencia y la dirección de instituciones públicas.
Nació en Tucumán en 1862, cursó sus primeras letras en una escuela particular e hizo el bachillerato en el Colegio Nacional. No efectuó otros estudios oficiales; todo lo que vino después se lo debió a sí mismo, lo que constituye un admirable ejemplo de autodidactismo.
Las ciencias exactas, físicas y naturales fueron sus predilectas y las estudió y perfeccionó con ahínco. Federico Schickendantz, profesor de química y director de la Quinta Normal de Agricultura, fue el maestro que tuvo el joven Lillo y descubrió en él condiciones estimables de observador y estudioso. Fue quien lo instó a que efectuara un viaje por Europa, lo cual tuvo una influencia decisiva en la vida del joven naturalista.
En 1888, poco antes de aquel viaje, había publicado su primer ensayo sobre la Flora Tucumana, mas no era su afán hacer publicaciones sino enriquecer su biblioteca, hacer colecciones, cultivar especies críticas y comunicarse con colegas del país y del extranjero. Su contribución al conocimiento de los árboles de la Argentina (1910) constituye una obra fundamental para los estudios posteriores.
Fue miembro de la Comisión Nacional de la Flora Argentina y clasificó colecciones de mucho valor procedentes especialmente del Norte Argentino, interesándose también por la distribución de la vegetación en esta parte del país, para concretar criterios fitogeográficos propios.
En el campo de la Zoología —en particular la Ornitología— la labor de Lillo fue prolífera. En 1905 publicó “Fauna Tucumana (Aves)”. Describió además nuevas especies de la avifauna tucumana y reunió la mejor colección de aves de la provincia.
Amante de la Lingüistica y la Literatura clásica, el doctor Lillo recibió honores que le tributaron espontáneamente las corporaciones e instituciones científicas del país y del extranjero. El Museo de La Plata lo designó Doctor Honoris Causa en 1914. Y en en 1928 le otorgaron el premio «Francisco P. Moreno».
Su vida fecunda y extraordinaria se extinguió en Tucumán, con heroica serenidad, el 4 de mayo de 1931.
Fuente: Fundacion Lillo
Epónimos:
- Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo: una de las Unidades Académicas de la Universidad Nacional de Tucumán
- «Instituto Miguel Lillo», y «Fundación Miguel Lillo»
- «Barrio Miguel Lillo», San Miguel de Tucumán
- Parque forestal Miguel Lillo, ciudad balnearia bonaerense de Necochea; y Complejo de mar Camping Miguel Lillo
El Parque Miguel Lillo se extiende desde la calle 89 hacia el oeste, entre la Avenida 2 y la Avenida 10, la que le da acceso a las playas y al mar. Es uno de los atractivos naturales más destacados de la ciudad, ya que cuenta con una extensión de 640 hectáreas de reserva forestal y más de un millón de especies arbóreas (en su mayoría coníferas) que son el resguardo de aves de esta zona.
Su nombre es un homenaje al destacado botánico tucumano, pionero de la investigación en el país, generador de cientos de trabajos de ciencia y una colección de plantas y animales que bordea la tres millones de piezas.
Verdadero pulmón verde de Necochea y lugar de recreación y oxigenación, el Parque Miguel Lillo es el fruto de la creatividad, el tesón y el laborioso esfuerzo humano puesto al servicio de un objetivo: forestar las indómitas dunas y médanos que existían a lo largo de la costa local.
Los principales atractivos y servicios son: Lago de los Cisnes, Circuito aeróbico, Jardín Japonés, Área de Museos, Juegos Infantiles, Anfiteatro “Pedro Arozarena”, Jardín Francés y Reloj del Sol, Tren Ecológico del Parque, Jardín de Rocas y Paseo del Sol.
Fuente: Necochea Turismo