Por Maximiliano Fernandez 14 de abril de 2018
A principios de 2017, el colegio se planteó un objetivo con dos apuestas: generar una mejora en el medioambiente, pero al mismo tiempo involucrar a los alumnos en ese proceso. Reconocieron en el carbono un problema a resolver. Durante un año, trabajaron en reducir la huella que dejaban. Los resultados están a la vista: el Colegio Aberdare de Bella Vista se convirtió en una institución pionera en instalar paneles solares para generar energía eléctrica.
«No intentamos simplemente bajar el consumo, queríamos lograr en los alumnos un verdadero aprendizaje y compromiso con el tema», contó a Infobae María Luisa Pont Vergés, coordinadora de inglés y comunicaciones. «Trabajaron juntos y comprometidos en un camino muchas veces complicado y adverso, pero que gracias a ellos se hacía viable», agregó.
Lo primero que hicieron fue llevar a los alumnos quinto y sexto año junto al profesor de física a CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica). Allí les explicaron de qué se trata la energía solar y qué opciones eran las posibles para desarrollar como colegio. Al salir, surgió el proyecto «Green Dragon», que constó de seis pasos:
1) Presentación formal del proyecto a toda la comunidad educativa (alumnos, profesores y padres).
2) Análisis del consumo eléctrico del colegio. Saber cuánto y cómo consumían para establecer políticas de reducción y de ahorro energético. «Cuanta menos energía tengamos que generar, mejor», pensaban.
3) Evaluar costos, tiempos y etapas, análisis de las normativas vigentes y posibles formas de financiación.
4) Negociar con Edenor la conexión del sistema a la red eléctrica.
5) Una vez realizada la instalación, evaluar el impacto real del proyecto. Se hicieron preguntas como: ¿cómo fue el traspaso de la teoría a la práctica?, ¿se cumplieron los escenarios diseñados?
6) Lograr que los alumnos puedan transmitir sus experiencias y el conocimiento obtenido. Pretenden que sirva como modelo para otras instituciones.
La única parte, por razones obvias de seguridad, en la que los chicos no pudieron participar fue en la instalación de los paneles. Después, con el acompañamiento de los adultos, influyeron en cada etapa. «Para poder hacer el trabajo más eficiente nos dividimos en tres grupos: negociación, comunicación y técnica», recordó Felipe Rugolo, alumno de sexto año.
El grupo de Comunicación se dedicó a informar a la comunidad. A través de la página web del colegio, con las gráficas pertinentes, consiguieron que tanto el alumnado como los padres entendieran la importancia del proyecto. Técnica hizo las mediciones del consumo pertinentes y estableció la cantidad de paneles necesarios. Por último, Negociación se encargó de tratar con las empresas proveedoras y Edenor.
Felipe participó de ese último grupo. «Fuimos nosotros quienes escribimos la carta a Edenor ofreciendo esta posibilidad de inyectar a la red lo generado por el colegio», comentó. Los chicos temían que los rechazaran, ya sea por su juventud o por lo ambicioso del proyecto.
«Para estar preparados revisamos las leyes de energía renovable en el país, revisamos los antecedentes y a partir de todo lo leído y estudiado sobre el tema íbamos cada vez mejorando nuestra propuesta», expresó Inés Ugartermendía, estudiante de sexto año «Por suerte, nos dijeron que sí de inmediato».
El martes el Colegio Aberdare presentará el resultado del esfuerzo de todo un año. Inaugurarán los 16 paneles solares, que en conjunto suman 5kw de potencia nominal. La instalación, remarcan, permitirá a la institución reducir su consumo de energía eléctrica suministrada por la red en un 30%
Ivan Bourse, representante legal del colegio, no se conforma con el logro: «Aspiramos a más. No sólo queremos lograr el auto-abastecimiento de manera sustentable, sino también ayudar e incentivar a que otras escuelas, municipios, empresas y hasta particulares se animen a ser más eficientes y amigables con su consumo energético».