El 25 de abril se celebra el Día Mundial del ADN en conmemoración de la publicación del modelo de estructura en doble hélice, propuesto en 1953 por James Watson y Francis Crack. El ADN permite determinar la información genética de todos los seres vivos, sin duda uno de los descubrimientos científicos más importantes del siglo XX.
El establecimiento de la estructura de doble hélice del ADN permitió, entre otros resultados posteriores, el descubrimiento del código genético, un conjunto de normas por las que la información codificada en el material genético (secuencias de ADN o ARN) se traduce en proteínas (secuencias de aminoácidos) en las células vivas.
“Antes pensábamos que nuestro futuro estaba en las estrellas. Ahora sabemos que está en nuestros genes” James Watson
«ADN» son las siglas de ácido desoxirribonucleico, es un compuesto orgánico que contiene la información genética de un ser vivo y de algunos virus, en las células procariotas y en el núcleo de las células eucariotas, en el interior de los cromosomas.
El ADN tiene como función principal almacenar información genética para la construcción de proteínas y ARN que es imprescindible para cualquier función vital de un organismo. El ADN almacena y transmite de generación en generación toda la información indispensable para el desarrollo de las funciones biológicas de un organismo.
Los segmentos de ADN que transporta la información genética son conocidos como genes, pero las demás secuencias de ADN tienen como fin estructurales o toman parte en la regulación del uso de la información genética.
En referencia a lo dicho anteriormente, se puede observar el ADN codificante y el ADN no codificante. Asimismo, en un gen la secuencia de nucleótidos establecidas en una hebra de ADN se transcribe a un ARN mensajero y, a su vez se traduce en una proteína que un organismo sintetiza en uno o algunos momentos de su vida y, por último la replicación de ADN consiste en obtener copias idénticas de una molécula de ADN fundamental para la transferencia de una generación a otra, base de la herencia.
El ADN está formado por bandas formadas por compuestos químicos llamados nucleótidos. A su vez, cada nucleótido está constituido por 3 unidades: una molécula de azúcar, es decir, desoxirribosa, un grupo fosfato y una de 4 bases: adenina, guanina, timina y citosina. En el centro del nucleótido está la molécula de desoxirribosa y está rodeada por un lado de un grupo fosfato y el otro una base, la desoxirribosa-fosfato enlazadas forman lo que se conoce como los lados de la escalera.
El ADN de cada ser humano es exclusivo, cada ser humano posee 2 formas de cada gen, es decir, uno que recibe del padre y el otro de la madre, pero a pesar de ser los genes iguales entre las personas algunas secuencias de ADN varían de persona a persona. El ADN se caracteriza por la posición y cantidad de estos nucleótidos a lo largo de las cadenas, esta secuencia se conoce como código génico o genético.
¿Quién descubrió la estructura del ADN?
La molécula ahora conocido como ADN fue identificado por primera vez en la década de 1860 por un químico suizo llamado Johann Friedrich Miescher, que investigaba sobre las células blancas de la sangre. Se dio cuenta de que, cuando se añadía un ácido a una solución de las células, una sustancia se separaba de la solución. Al investigar esta sustancia observó que tenía propiedades inesperadas diferentes a las de las otras proteínas. Le dio el nombre de «nuclein», ya que pensaba que había salido del núcleo de las células.
Sin saberlo, Johann había descubierto las bases moleculares la vida, el ADN. Sin embargo, su papel crucial en la determinación de la herencia genética no se demostró hasta 1943. Desde entonces, se dio una auténtica carrera científica por ver quien sería el primero en descubrir la estructura de la molécula de ADN.
En la década de 1950, Watson y Crick eran sólo dos de los muchos científicos que estaban inmersos en averiguar la estructura del ADN. Trabajaban con modelos tridimensionales para tratar de reconstruir la molécula de ADN. En base a sus investigaciones pensaban que la del ADN se trataba de una molécula helicoidal, una doble helice, pero les faltaba una prueba evidente para sustentar su idea.
Al mismo tiempo y a no muchos kilómetros de distancia Rosalind Franklin usaba una técnica relativamente nueva llamada cristalografía de rayos X para estudiar el ADN. Gracias a ella pudo tomar un patrón de difracción de rayos X de una muestra de ADN. Las fotografías mostraron la forma claramente helicoidal del ADN. Era la prueba que Watson y Crick necesitaban.
Detalle del gráfico con el que Watson y Crick explicaban en la revista Nature la estructura del ADN.
En la mañana de 28 de febrero de 1953, Watson y Crick determinaron que la estructura del ADN era un polímero de doble hélice, o una espiral de dos cadenas de ADN, que contienen cada uno una larga cadena de nucleótidos de monómero, enrolladas una alrededor de la otra. El 25 de abril, publicaron su descubrimiento en la revista Nature. El resto es Historia.
Aunque como todas las grandes historias, tiene su lado oscuro. Watson y Crick junto con Maurice Wilkins (el compañero de Franklin que mostró sus datos a Crick), ganaron el Premio Nobel de Medicina o Fisiología en el año 1962. Rosalind Franklin había muerto de cáncer en 1958, lo que junto con la prohibición de dar un Nobel a título póstumo ensombreció su participación en el hallazgo, en una de las mayores injusticias de la Ciencia.
El 25 de abril se conmemora el Día Mundial del Paludismo.
El paludismo o malaria es una enfermedad causada por parásitos del género Plasmodium que infectan los glóbulos rojos de la sangre o eritrocitos. Debido a esto, el paludismo puede producir anemia e inflamación del hígado y el bazo.
Preparados para vencer al paludismo
La OMS, junto con otras organizaciones asociadas, promueve en el Día Mundial del Paludismo de 2018 el lema «Preparados para vencer al paludismo». Esta consigna demuestra la energía y el compromiso de la comunidad mundial en torno al objetivo común de eliminar esta enfermedad en todo el mundo. En la celebración de este año se quieren poner de manifiesto los importantes progresos realizados en el combate contra una de las enfermedades más antiguas de la humanidad y, al mismo tiempo, alertar de las tendencias preocupantes de las que advierte el Informe mundial sobre el paludismo de 2017.
- El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles. Se trata de una enfermedad prevenible y curable.
- Se calcula que en 2016 hubo 216 millones de casos de paludismo en 91 países, lo que significa un aumento de aproximadamente 5 millones con respecto a 2015.
- Las muertes por paludismo fueron 445 000, cifra similar a la de 2015 (446 000).
- La Región de África de la OMS soporta una parte desproporcionada de la carga mundial de paludismo. En 2016, el 90% de los casos y el 91% de los fallecimientos por la enfermedad se produjeron en esta Región.
- La financiación total del control y la eliminación del paludismo alcanzó en 2016 una cifra estimada de US$ 2700 millones. La contribución de los gobiernos de los países endémicos ascendió a US$ 800 millones, que representan el 31% de los fondos.
El paludismo es causado por parásitos del género Plasmodium que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles, los llamados vectores del paludismo. Hay cinco especies de parásitos causantes del paludismo en el ser humano, si bien dos de ellas – Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax – son las más peligrosas.
Mas información: OMS