• Admirable, pese a los impedimentos emprenden el camino de cornisa para llegar a la Escuela.
  • En la actulidad asisten 26 alumnos.
  • Proyectan lanzar la primera carrera universitaria en Susques.

Maestros jujeños viajan por un camino de cornisa durante 5 horas para enseñar en una escuelita de Susques que se encuentra a 4 mil metros de altura. En la capital de la provincia, como en casi todo el país, docentes y estudiantes se encuentran de vacaciones. Sin embargo, el caso del Bachillerato N°13 de “Comandante Luis Piedrabuena”, cuenta con un periodo especial donde las clases van de «Septiembre a Junio».

¿El motivo? Las frías temperaturas que se presentan en invierno y llegan a los 27 grados bajo cero, ya que el pueblito se encuentra a 3.896 metros sobre el nivel del mar. En ese rinconcito de la puna jujeña las cañerías se congelan y el establecimiento se queda sin agua, por eso las clases se dictan durante meses contrarios a los establecidos en el calendario nacional.

La institución educativa tiene 170 alumnos matriculados que cursaron en los turnos de mañana y tarde. La mayoría son de orígenes humildes, de familias indígenas y también asisten muchas madres adolescentes.

Pese a todos los obstáculos, un grupo de docentes decide subirse a un colectivo y emprender el camino que incluye atravesar la cuesta del Lipán. El sendero se encuentra lleno de curvas y subidas pronunciadas y lleva alrededor de 4 a 5 horas para poder llegar a la escuelita de Susques. Santusa Flores explicó a medios nacionales que el trabajo es «raro» porque su familia está de vacaciones y ella debe trabajar. Sin embargo, la docente agregó que es una elección, un modo de homenajear a las personas que alguna vez la ayudaron.

Su historia merece mención aparte, a los 8 años no sabía ni leer ni escribir y debía trabajar mientras asistía a la primaria. A pesar de los impedimentos se recibió como maestra de grado, estudió Ciencias de la Educación en San Salvador y se doctoró en Humanidades en la provincia de Tucumán.

Santusa conoce el sacrificio y también las gratificaciones del esfuerzo, por eso decide pasar todo el fin de semana lejos de su hogar y poder servir como maestra y vicedirectora del establecimiento. “Los viajes son bastante complicados. Los colectivos están en mal estado. Suelen quedarse. En los días de lluvia, incluso, puede haber desmoronamientos de los cerros y se vuelve riesgoso. Hace poco tuve que volver a mitad de semana. Salí a la 1 del mediodía y llegué recién a las 9 de la noche a casa”, agregó Santusa.

Liliana Parine enseña en el Bachillerato N°13 y también estudió Ciencias de la Educación. “Cuando me recibí de profesora fui a devolver la beca, porque estaba segura de que esa beca podía ser entregada a otra persona que la necesitara como yo la necesité al comienzo. Y decidí ir a Susques, donde había un cargo vacante. Yo estaba en tercer año en la facultad de ciencias de la educación y seguí estudiando y rindiendo libre”, confesó.

De la escuelita ya egresaron 34 estudiantes y en la actualidad cuenta con 26 alumnos. El próximo objetivo es que puedan tener un edificio propio y sumar un profesorado de orientación intercultural bilingüe y una tecnicatura en energía solar. Además se animan a soñar lanzar la primera carrera universitaria de Susques, proyectos que sin duda lograrán conseguir ya que la voluntad y el esfuerzo son cualidades que no faltan.

Fuente: Jujuy al Momento